lunes, 23 de septiembre de 2013

Somos sin duda los errantes.
Sin duda.
Los que vagan solitarios en manada
arrasando los parterres de cordura,
arrojando en las esquinas imprevistas
esperanzas degarradas, trampas huecas.
Los errantes.
Los que ascienden por los restos de los cielos
aspirando a conseguir algo de nuve;
pero solo hay polvo,
solo polvo,
polvo.
Y mientras
los caminos se difuminan perdiendo sentido,
dimension, textura...

Somos los sin rumbo,
los que vagan sin cesar obviando el cielo.
Los errantes.


Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Lo coyuntural y lo efímero

   Espero me dispensen si peco de abrupto, pero creo adecuado el momento y su reinante idiosincrasia para aclarar la política (sic) de la casa sobre lo coyuntural que a todos nos abarca.
   Importantes son sin duda los vaivenes que nos bambolean estos días, trascendentes sus futuras consecuencias y, seguramente, profundas sus repercusiones; pero sucede que el que suscribe tiene como asqueroso vicio el de ser insospechadamente romántico, con ese romanticismo escapista que se empeña en ignorar obviándolo el sórdido devenir de la realidad que a todos mancha. No soy ajeno a ciertas veleidades ideologísticas, tan válidas como las que últimamente parecen querer forzar unos acontecimientos que vengan a demostrar que es verdad lo que nunca lo fue, que existe lo que nunca existió y que lo que nunca se dio se termine dando. Mi excusa sobre mis debilidades de política (de nuevo "sic") lateralidad se fundamenta en que yo jamás -palabra rotunda donde las haya- intenté de ningún modo forzar la voluntad ajena, ni hubiera estado de acuerdo en manipular la educación de indefensos párvulos para adoctrinarlos e algo tan repugnante como "la causa".
   El adoctrinamiento, ya sea religioso o político ( insisto, "sic"), es siempre inmoral, tanto como obscena es la injerencia de lo coyuntural en lo que pretende ser tan solo hermoso, es decir profundo.

  Sírvame esta diatriba de explicación, y en base a ella discúlpenme de dimes y diretes llenos de convicción y de actualidad, pero es que estoy muy cansado para  lo pomposo, ya a mi edad...



 

   Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura.

martes, 10 de septiembre de 2013

Los hombres tienen polla.

   Recientes hechos acaecidos durante mis vacaciones estivales (...¡ah! la playa, los sarpullidos, los covacacionantes insoportables...) me han hecho llegar al siguiente considerando: ¿Somos todos conscientes de que los hombres tienen polla?
   En infinidad de anuncios, películas y manifestaciones varias aparecen mujeres ligeras de ropa enseñando con toda libertad todos sus encantos, para disfrute de quienes de semejantes encantos disfrutan. Pero no rige similar libertad para los atributos masculinos, escatimados a más y mejor con una mojigatería digna de victorianos tiempos. Más allá aun de lo anterior mi sentido de la igualdad entre sexos (es que uno es muy evolucionado y tiene de eso) me chirriaba al notar como toda mujer que pone en evidencia su sexualidad resaltando, con elegancia eso sí, sus senos, caderas o cintura es considerada objeto de deseo o ejemplo a seguir según el caso, e incluso en algunos casos ambas cosas a la vez y sin embargo cualquier hombre que evidenciara de manera alguna poseer pene es tachado de obsceno desagradable e incluso rijoso. Parece haber una ley no escrita contra bañadores ajustados o semitransparentes que no rige sin embargo para las féminas. Los pantalones de una estrechez reveladora son considerados de mal gusto en los caballeros mientras que en las señoras son el colmo de lo "in" y lo "cool".
   En suma, en algún momento dado que me pasó inadvertido se nos ha prohibido tener polla, o al menos hacerlo notar, como si el simple hecho de tener atributos masculinos siendo de género masculino fuese pecado, como si hubiera que avergonzarse en público de lo que siempre ha sido nuestro orgullo "sottovoce".
   Quiero, por tanto, yo rebelarme desde este rincón apartado contra tanta mojigatería, tontería y afectación y declarar al mundo con orgullo el hecho de que soy hombre y por lo tanto... ¡TENGO POLLA!

    Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

La soledad y Lila 3


  
   Pero aun así, envuelta en su manto protector, no soportaba demasiado tiempo expuesta al alcance de cualquier mundo extraño. Porque, no nos engañemos, cada persona que pasaba a su lado no era más que un mundo extraño, peligroso y desconocido, y si se acercaba a ellos hasta el punto de contacto podría suceder cualquier cosa; incluso, incluso que le hablaran.

   Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura

   De vuelta de vacaciones a las selectas soledades de mi blog. ¡El mundo se lo pierde!
          



      Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura