domingo, 14 de diciembre de 2014

     En esta fechas tan señaladas (sobre todo en el calendario de los comerciantes) me da por reflexionar (malas costumbres en las que uno reincide) en el poder redentor del dinero. Sí,  y no piensen ustedes mal; no me refiero a que el dinero permita a quien lo tiene cometer cualquier tipo de delito con impunidad, por mucho que últimamente pueda parecer que es así, si no a cómo el adorado metal realiza la alquimia necesaria para transformar determinadas realidades. Así es sin duda con el mal gusto, la horteréz.

 Hay un nivel de lujo que sencillamente sobrepasa el buen gusto, llega un punto no se pueden poner tantas cosas tan caras tan juntas sin que aturdan, no se pueden añadir más diamantes a un pantalón de peto sin que cieguen, no se puede colgar más lamé dorado en una cocina sin que agobie. Pero es que en algo hay que emplear los millones que sobran, así que se ha terminado por crear un estilo en el que el mal gusto por exceso llega a ser buen gusto... o simplemente resaca estética.


 Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura

miércoles, 19 de marzo de 2014

CAPERUCITA A LUNARES 6

   -Tira pa' ya, pehtoso, que me está esperando mi agüela y no eres tú macho suficiente para que yo la haga esperar.
   -¿Y por donde vive tu abuela, si no es mucho preguntar?
   -Pues sí que es mucho preguntar. Que, a ti, ¿que mierda te importa?
   -Yo por acompañarte...
   -Tu acompaña a la puta de tu hermana si te da la gana, y a mí me dejas en paz, que es lo que tienes que hacer si sabes lo que te conviene.
   -¿Y si no?
   -Si no te reviento las pelotas de una patá y me largo luego a la chabola de la de los cartones a ver a mi agüela.
   -Pues nada princesa, te dejo ir, pero ya nos veremos...
   -No lo quiera Dios, que luego me sienta mal la comida y me da diarrea.
   Y con este sagaz y ladino interrogatorio consiguió el lobo conocer el destino de la inocente muchacha y, presto, tramó un plan.
   -Una cosa, rubia.
   -¿Y ahora qué coño quieres?
   -No vayas por la carretera central que están reparando las cañerías y la han cortado.
   -¿Y entonces...?
   Conozco yo un atajo, vertedero a través...


    Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura

jueves, 20 de febrero de 2014

   Me gustaría hoy, si no hay objeción al respecto, hablar sobre la luz mágica.  Así es llamada (o, al menos así ha llegado a mis oídos) esa luz indistinta de algunos amaneceres, algunos ocasos y determinados días nublados o de niebla. Son momentos en los que no hay luz directa de sol y la luz que llega se refracta, bien en la atmósfera, bien en la niebla o las nubes. Como consecuencia la luz parece llegar de todas partes a la vez, pero mortecina, sin fuerza, e  impidiendo que se formen sombras. El resultado es una realidad sin eco, un presente sin impronta, unos objetos sin alma que se presentan fantasmagóricos a la vez que definidos, irreales por su definición. 
   En esos momentos en los que la cotidianeidad parece hacerse trascendente, a este humilde suscriptor de sensaciones le gustaría perder la sustancia física y diluirse en ese aire gris y opaco, ser uno con ese todo que parece quedar fuera del tiempo y del movimiento. Vanos son los deseos de perder, con la identidad, responsabilidades y desgracias, culpas y dolores; pero en esos momento de luz mágica cuando cuando los dioses parecen haber perdido momentáneamente el conocimiento pareciese que fuera posible simplemente caminar, sin más rumbo que el que dicten los pasos, sin más conciencia que la necesaria para no desintegrarse y así formar, en sentido absoluto, parte del universo, inane y convulso, trascendente y fútil, inmenso y diminuto, fugaz y eterno.



  Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura

jueves, 13 de febrero de 2014

Fracciones

FRACCIONES

Doscientas veinticinco coma setenta y nueve
las veces que en el tiempo fuiste tras la esperanza.
Quinientas treinta y ocho coma cincuenta y cuatro
las ansias que sufriste yendo tras la falacia.

Dos mil sesenta y siete coma noventa y ocho
las lágrimas vertidas culpa del desengaño.
Diez mil ochenta y cuatro coma cuarenta y cinco
los golpes que la vida dio contra tus cimientos.

Lo que quedó de tu alma:
cero coma cero nueve en tantos por ciento.




    Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura.

jueves, 6 de febrero de 2014

Opción de Libertad

   En este mundo bienpensante, bienhaciente (esto último no tanto) y bienhipocritizante vengo a reclamar libertad. ¡Sí! ¡Libertad! La inmensa, ingrata y mal reconocida libertad de ser hortera. Porque, ¿qué hay realmente de maligno o inmoral en combinar verde manzana con fucsia?, es más, ¿es el fucsia un color perverso en sí mismo? ¿Qué tiene de indecente usar al tiempo cuadros y rayas?.
   Aquellos que se creen depositarios y valedores de la "única" moral existente nos intentan convencer de que los flecos y las chorreras son abyectos, que resultan nocivos para la humanidad y que pervierten a nuestros menores. Y yo me pregunto: ¿Por qué? No será acaso un tipo de cobardía social que nuestros Prohombres apoyan y nuestros Sumos Sacerdotes fomentan? Diera la impresión de que existe pánico a que cada uno sea cada uno y no uno más (aquello de "another brik in the wall") Como si por llevar sandalias en invierno y, por ende, con calentadores a lunares o peinarse trencitas con lacitos de colores siendo un señor obeso llamado Manolo se fuese a hundir la cultura occidental.
   Da que pensar esa obsesión por la uniformidad y ese mirar mal del tradicionalismo aposentado hacia todo lo que no sea convencional y reconocible. ¿Tanto miedo da que la gente piense por sí misma? ¿Tan terrible sería que todos tuviésemos voluntad propia? ¿Y no será que todo el mundo quiere que todo sea a su manera y los que tienen más poder lo consiguen? Sea como sea yo continúo mi pequeña rebelión burguesa llevando cosas que supuestamente no debo y peinándome como en principio no debería, y todo ello sencillamente porque me gusta lo que me pongo, pero sobre todo porque me gusta ser yo.

   Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura