lunes, 16 de septiembre de 2013

Lo coyuntural y lo efímero

   Espero me dispensen si peco de abrupto, pero creo adecuado el momento y su reinante idiosincrasia para aclarar la política (sic) de la casa sobre lo coyuntural que a todos nos abarca.
   Importantes son sin duda los vaivenes que nos bambolean estos días, trascendentes sus futuras consecuencias y, seguramente, profundas sus repercusiones; pero sucede que el que suscribe tiene como asqueroso vicio el de ser insospechadamente romántico, con ese romanticismo escapista que se empeña en ignorar obviándolo el sórdido devenir de la realidad que a todos mancha. No soy ajeno a ciertas veleidades ideologísticas, tan válidas como las que últimamente parecen querer forzar unos acontecimientos que vengan a demostrar que es verdad lo que nunca lo fue, que existe lo que nunca existió y que lo que nunca se dio se termine dando. Mi excusa sobre mis debilidades de política (de nuevo "sic") lateralidad se fundamenta en que yo jamás -palabra rotunda donde las haya- intenté de ningún modo forzar la voluntad ajena, ni hubiera estado de acuerdo en manipular la educación de indefensos párvulos para adoctrinarlos e algo tan repugnante como "la causa".
   El adoctrinamiento, ya sea religioso o político ( insisto, "sic"), es siempre inmoral, tanto como obscena es la injerencia de lo coyuntural en lo que pretende ser tan solo hermoso, es decir profundo.

  Sírvame esta diatriba de explicación, y en base a ella discúlpenme de dimes y diretes llenos de convicción y de actualidad, pero es que estoy muy cansado para  lo pomposo, ya a mi edad...



 

   Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura.

2 comentarios:

  1. La coyuntura: me parece que vivimos una crisis económica e ideológica. En medio de una gran confusión reinante. Malos tiempos para vivir solos, sin anclajes personales, económicos e ideológicos. Es una situación de riesgo vital. El número de suicidios se está disparando.
    Si no se es el superhombre nietzscheano, hay que ser muy fuerte para simplemente para sobrevivir y llegar a ver el resultado de esta profunda crisis.Fracasadas las ideologías dominantes que hasta ahora nos servían para hacernos una idea del mundo en que vivimos, no nos queda más que anclarnos en la persona amada, en amigos, en convicciones, en la belleza, en todo lo que nos aferre a la vida, a todo lo que nos haga seguir queriendo vivir. En otro caso, moriremos en esta crisis antes de cumplir los días para los que estábamos programados genéticamente.
    Querido J A, me parece que no eres ningún romántico. Escéptico y liberal, sí. Y por supuesto, joven... Tú eres de los que sobrevivirán a esta crisis.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por lo de joven, elogio hermoso a la par que inmerecido; pero sobre todo gracias por la hermosa reflexión. Desde luego nada puede sacarnos del abismo si no es una mano amada, con amor de padre, de hermana o de pareja, amor en fin, no si ya lo decían los "Beatles". Por lo demás... Las cosas ocurren y estamos aquí para ser testigos, aunque también actores pues no hemos de olvidar que el movimiento del universo no es más que el movimiento de cada una de sus partículas.
      Y yo me siento muy partícula.
      Gracias de nuevo y saludos.

      Eliminar

Aquí podéis sacarme los pellejos